jueves, 30 de abril de 2020

MI VIDA EN CLAUSURA

Ha transcurrido un año desde que pasó la COVID-19:  hemos sufrido un largo tiempo de confinamiento. Para mí ha sido muy difícil llevar esta situación.

Por otra parte, los profes nos ponían mucha tarea, y el hecho de no poder salir era muy agobiante. Por el contrario,  también podía hacer muchas cosas: llamaba a mis amigas, jugaba con mis hermanos, realizaba los trabajos del instituto… En fin me entretenía mucho.

En ese momento de aislamiento, valoraba muchísimo  más mi vida cotidiana, es decir, cuando iba al instituto, salía...

Más tarde, pusieron una determinada norma para poder salir a dar un paseo; me puso contenta pero a la vez triste, pues no podía ver a mis amigas, pero bueno,  me conformaba con eso.

Gracias a Dios esto ya ha pasado.

SIN TI

 Hola, ¿ qué tal? ¿cómo estás?

Espero que estés muy bien y que el virus este que nos está cambiando la vida, no entre en tu casa. 
Por suerte nosotros estamos bien. 

Me pregunto si tú estás tan ocupada como yo con las tareas del instituto.A mí me llevan un buen rato, la verdad es que preferiría estar en el instituto para poder hacer clase y sobre todo para verte.
Hace ya seis semanas que no podemos salir a la calle, que no podemos ir a  clase y que no podemos vernos. Siempre he oído decir que “en esta vida no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos” y es cierto. Hecho de menos verte, nuestras miradas  que más de mil palabras llevan...y tantas cosas que compartimos.

Ahora que todo esto está ausente, me doy cuenta de lo importante que eres para mí.

Te echo de menos.

El tiempo con familia

Hace ya unos meses que acabó el confinamiento,todos estamos más aliviados. Ahora que mucha gente ha llevado mucho tiempo sin ver a sus familiares, valoran más el tiempo que pasan con ellos. A mí en concreto me ha hecho pensar en el poco tiempo que estoy con mi familia. En fin,la verdad es que el confinamiento me ha ayudado a ser más paciente y a desarrollar mi creatividad porque me aburría mucho y creaba cosas con mi imaginación.

Espero que a más gente le haya ayudado esto.
El año pasado surgió un virus llamado Covid-19: hoy contaré mi experiencia, ya que no fue nada fácil adaptarse a las condiciones, pero también esta experiencia nos ha aportado cosas buenas, o saber qué cosas hacer si nos vuelve a ocurrir algo parecido.

Ahora la gente toma más medidas de higiene y es más cuidadosa que antes de que pasara, incluso todavía puedes ver algunas personas con mascarilla por la calle. Esto nos ha ayudado en muchos sentidos, como por ejemplo, que lo podremos controlar mejor porque  ya hemos tomado medidas y las hemos aprendido a usar.

Como la gente dice, se aprende de los errores, si ya ha pasado una vez la próxima vez lo haremos mejor.  Sobretodo yo he aprendido  a valorar un poquito más las cosas que puedo hacer y que tengo (como salir a pasear).

que es verdad que algunas cosas no se hicieron del todo bien y hubo gente que no respetaba las normas, pero gracias a esa gente que sí lo hacía ahora podemos salir a pasear.

REFLEXIÓN

Ya ha pasado un año del confinamiento y voy a explicar mis experiencias durante la cuarentena, a lo que aprendí a darle más valor, las cosas que aprendí, en qué me ha ayudado…
En primer lugar, voy a explicar lo que eche más de menos y aprendí a darle más valor e importancia, por ejemplo, estar más con mis familiares y amigos. Lo que aprendí a hacer durante el confinamiento, por ejemplo, es a cocinar platos que antes no sabía, a reflexionar y a ayudar con las tareas de casa. Lo que más hice durante esos días fue mirar series y películas de Netflix, hacer recetas de cocina, deporte con videos de youtube y deberes. En realidad, la cuarentena me ha ayudado a tener otra manera de pensar, porque me he dado cuenta que lo que más tenemos que valorar es a las personas que queremos y no darle tanta importancia a las cosas materiales.

INFORMACIÓN PRIVILEGIADA

En primer lugar, con la información que tengo del Covid-19, de su contagio, hubiera informado a las autoridades para evitar muchas muertes. 
Habría disfrutado de mis seres queridos, por una parte pasando más tiempo con ellos, y por otra parte haciendo cosas simples pero significativas como pasear juntos, abrazarlos,...
De saberlo antes, las cosas que hubiera hecho, habrían sido, por ejemplo, compartir con mis amigos  más tiempo haciendo ejercicio al aire libre, paseos por el carril bici , quedar en el parque...
Mi manera de pensar sería diferente, porque en mi mente yo estaría asimilando la situación que nos encontraríamos posteriormente, entonces al llegar la cuarentena mi estado físico hubiera estado mejor. También cabe destacar que hubiera planeado horarios, rutinas y ejercicios tanto mentales como físicos para hacer en el confinamiento.

 Esto hubiera sido perfecto pero si lo hubiera contado todos me tomarían por loco y no  me creerían.

¡OS ECHO DE MENOS!

Hola, abuelo y abuela. Os echo mucho de menos, porque tanto tiempo separados me he dado cuenta de que os echo en falta. De pasar a veros cada día después del instituto, a veros solo a través de una pantalla por una videollamada. Os juro que si hubiera sabido esto antes, hubiera pasado la cuarentena con vosotros. Me habría gustado estar allí para cuando me despertara, desayunar, y hablar cada mañana, y jugar cada día al Parchís. Me siento un poco triste de no veros, pero a la vez estoy contenta de que estéis bien y no os pase nada. Durante esta cuarentena me he dado cuenta de que sin vosotros mis días son muy diferentes y os necesito, os juro que cuando esto termine, os iré a visitar.
¡Os quiero!

miércoles, 29 de abril de 2020

Como Rapunzel

Hoy hace ya un año que estuvimos en cuarentena, en todo el tiempo que estuvimos encerrados aprendí muchas cosas. En los dos meses (aproximadamente) que estuvimos confinados, me fijé en muchos detalles de mi día a día. Aprendí a valorar esos pequeños detalles que antes pensaba que eran insignificantes. Por ejemplo: extrañé bastante ir al instituto, ya que es donde veía a mis amigos, comíamos juntos, íbamos de excursiones… Además, extrañé ir de compras, aunque fuera con mis padres. Mi personalidad cambió un poquito, o al menos eso me han dicho mis amigos. Me volví un poquito más borde y con menos ganas de salir. Pero solo estuve así un mes, pero después volví a ser como siempre. Después de estar tanto tiempo en casa sin hacer casi mucho, me volví mucho más vaga de lo normal. He aprendido a poder aprovechar mi tiempo, a cocinar, a hacer más ejercicio…

TE ECHO DE MENOS

Querida yaya,

Con esta carta te quiero decir que te echo muchísimo de menos ya que llevamos más de cuarenta días sin vernos. Cuando te vuelva a ver, lo que voy a hacer es abrazarte sin parar (todo y que no se puede, pero lo necesito…). Si antes de que pasase todo esto yo lo hubiese sabido que nos íbamos a distanciar tanto tiempo, hubiese aprovechado mucho más el tiempo contigo. Pero te prometo que el día en que nos volvamos a ver te voy a hacer caso siempre y voy a disfrutar más cuando esté contigo. ¡Te echo muchísimo de menos y te quiero un montón!

Tu nieta que te quiere. 

Recuerdos de confinamiento

Hoy ya hace un año que nos pusieron en confinamiento. Aún tengo muchos recuerdos, unos buenos, y otros, malos.

Me acuerdo del día antes del confinamiento, un jueves 12. Antes de salir del instituto, nos habían dicho de vaciar las taquillas. Por la tarde, enviaron un correo electrónico a mi madre en el cual decía que no tendríamos instituto durante dos semanas. Al principio, yo estaba muy contenta, pero a medida que pasaba el tiempo, no veía el confinamiento como unas vacaciones, si no como una cárcel. Es verdad que había cosas buenas, como gestionar tu tiempo de trabajo o tener más tiempo libre, pero también había algunas cosas malas, como no poder ver sus amigos o como los días de lluvia. Con todo el tiempo libre que teníamos había momentos en que me aburría. Habitualmente iba a la terraza, para cuidar de las flores o sólo mirar las nubes. Pero los días de lluvia no podía salir a la terraza. Esos días en los que no sabía qué hacer eran los peores.

Estos meses que hemos pasado confinados, ya hayan sido buenos o malos momentos, han sido una buena experiencia y ahora podemos apreciar aún más salir de casa y vivir normalmente

Un año ya del confinamiento

Al principio todo era monótono y aburrido, y el tiempo pasaba lentamente, poco a poco esto fue cambiando, por lo menos en mi caso:  seguía unas rutinas que me hacían pasar el tiempo más rápidamente y de  forma distraída. Por las mañanas me levantaba y hacía mis tareas de la escuela, luego jugaba con mi hermano en el jardín. Por las tardes, me conectaba para hablar con mis amigos o hacíamos juegos en familia  y antes de ir a dormir leía un rato. Hoy, un año después, las cosas han mejorado y volvemos a recuperar la normalidad, aunque aún seguimos utilizando algunas medidas de seguridad. Me gusta haber recuperado la libertad de movimiento pero echo de menos los ratos con la familia.

¿QUÉ ES LO QUE HARÍA 1 MES ANTES DEL CONFINAMIENTO?

Si yo hubiese sabido que estaríamos tantos días encerrados, estaría todo el día con mi familia, con amigos, etc. En primer lugar, hubiese ido al ayuntamiento para decirle que avisara a toda España que se preparasen bien para que esto no se extendiera, y también para no estar tantos días encerrados. Estaría todo el día dando abrazos y besos, me olvidaría de enfadarme, y además llevaría a toda mi familia a mi casa para no aburrirnos. Hubiese ido de viaje a muchos sitios, haría deporte en la calle, aprovecharía las clases, iría a la peluquería, daría muchos paseos e iría al Ghiotto a comerme un helado de esos que tanto me gustan. Si tenía alguna cosa pendiente para esos meses de confinamiento lo adelantaría para no dejarlo para más tarde. 

Este sería mi mes antes del confinamiento

LA FAMILIA...

Y así es, ha pasado un año tras el confinamiento. Después de estar deseando ver a nuestros amigos, poder salir de casa y dejar de  estar mirando tras una pantalla a nuestros familiares, hemos podido abrazarlos, besarlos y decirles lo mucho que los queremos en persona.
Por una parte, esta tragedia me ayudó a convivir mucho más con mi madre y compartir más momentos juntas, porque antes ella trabajaba mucho, y solo la podía ver por la noche. También he comprendido que cada segundo que estamos con las personas que queremos, hay que aprovecharlo como si fuera el último, porque no sabemos si  los podremos ver durante un largo tiempo. 

LA DISTANCIA NO NOS SEPARA

Hola yaya.

En primer lugar, quería decirte que se me hace muy difícil no tenerte cerca de mí. A día de hoy quisiera tener tu cariño como el que me dabas día a día, que aún así me lo sigues dando cuando me escribes un “te quiero”. Tengo impotencia dentro de mí por no tenerte, pero aún así me hace muy feliz llevarte conmigo ya que llevo siempre puesto el collar que me regalaste. 

Quiero que sepas que a pesar de que este virus quiera acabar con nosotras voy a estar impidiéndolo, no te cambio por nada. Creí que esto nunca iba a llegar a tanto, pero lo que sí que llegué a creer es que debí abrazarte más fuerte la última vez que te vi. No sabes lo que daría por una tarde juntas de compras por el centro. Creo que sabes bien que te escribo esto porque me he dado cuenta que el día que me faltes, no seré yo.

Un besazo yaya, nos vemos pronto en cuanto esto acabe.

Morena

MI EXPERIENCIA

Si yo hubiera sabido que dentro de un mes empezaba el confinamiento, en primer lugar, habría quedado más con mis amigas, las hubiera invitado a dormir en mi casa, hubiese salido más al exterior, hubiera salido a hacer excursiones en bici, en caballo, etc. En vez de no ir a sitios porque me daba pereza, hubiera ido sin tenerlo que pensar dos veces. Por ejemplo, a mi profesor de equitación le habría pedido hacer excursiones en caballo por la montaña, galopar por campos, por ríos… En el instituto me hubiese despedido con tiempo de mis compañeros. En la manera de pensar, hubiera vivido ese mes que me quedaba antes del confinamiento como si fuera mi último mes, pero no tan exagerado. Todo hubiera sido más diferente.

UN AÑO DESPUÉS DE LA GRAN EPIDEMIA MUNDIAL LLAMADA COVID-19

Ha pasado un año desde que se interpuso el coronavirus en nuestras vidas.
Esta experiencia me sirvió para reflexionar.  Después de haber estado tantos días en casa, me di cuenta de que si realmente quería ayudar debía quedarme en mi hogar. He aprendido a preocuparme por lo que es importante y dejar de quejarme por cosas menores.
El coronavirus me ha aportado cosas buenas aunque no lo parezca, como por ejemplo, el respeto a la inmigración. Me he podido poner en la piel de los inmigrantes y sentir la sensación de cuando algunas personas son racistas con ellos, porque cuando alguna vez fui al supermercado y a lo mejor se me escapó un estornudo o tosí sin querer, la gente te miraba mal y se alejaba. 

He aprendido a valorar más el tiempo, a estar más con las personas que quiero. Pero por otra parte, me ha cambiado en mi personalidad. Ahora soy más generosa que antes, porque a lo mejor antes le hubiera dado un abrazo a alguien conocido en el estado de alarma y lo podría haber contagiado en caso de tenerlo.

Coronavirus, el que nos dejó encerrados en nuestras casas

Desde que el coronavirus paralizó nuestras vidas, aprendí a querer más a la familia y a las personas de alrededor. También que las cosas cotidianas que hacíamos durante aquel confinamiento fueron extrañas.

Por otra parte, ese confinamiento me aportó muchas cosas. Tuve más tiempo para hacer los deberes y tuve mucho tiempo para divertirme, aunque las primeras semanas lo pasé mal, porque para mí esa situación era desconocida.

Además, aprendí a valorar mucho el trabajo de los sanitarios y de los científicos, que en ese momento estaban buscando una medicina para curar este virus y también a valorar el tiempo.

De mi personalidad, durante ese confinamiento, cambió el modo de ver las cosas, es decir, antes todo lo veía como que una cosa tan simple era normal, pero ahora aprovecho todo lo que tengo a mi alrededor.

Por último, me ayudó a salir mucho más tiempo al jardín y a jugar con las mascotas más tiempo de lo normal.

LA CATÁSTROFE DE 2020

Estamos en 2021, ya ha pasado 1 año desde la catástrofe por el covid-19 y nos ha dejado una buena marca. En el 2020, mientras estábamos en confinamiento, me puse en situación de todas aquellas personas que sufren una enfermedad de contagio o algo similar y que tienen que estar en su casa. Gracias a ello agradecí toda la salud que tengo mi familia y yo. También aprendí a aburrirme, que diciéndolo así parece una tontería, pero es muy importante en la vida. Aprendí a poder estar quieta sin hacer nada y seguir estando contenta y feliz. He sacado conclusiones buenas del virus, ahora soy más cuidadosa y valoro más las cosas que tengo y sobre todo a las personas. Imagino que mucha gente ha contado sus opiniones sobre esto en todo el año, pero yo quería recordar que no todo lo que nos llevamos de la situación es malo.

TÚ LO ERES TODO PARA MÍ

Querida yaya,

Creo que ya sabes lo que te llego a echar de menos, sobre todo ahora, que estamos viviendo una pandemia y por nuestra seguridad nos tenemos que quedar en casa sin salir. Estos momentos son los que de verdad me hacen reflexionar y decirme a mí misma: ”Lo que daría yo, sólo por verte y tenerte a mi lado”. Pero aun así, quiero que al leer esta carta sientas que por unos minutos estoy contigo.

Esos ojos marrones y húmedos que expresaban mucha felicidad, los vi por primera vez el 5 de octubre del 2007. Desde ese día supe claramente que serías una persona muy importante en mi vida.
Recuerdo todas las tardes que pasabas conmigo y me contabas tus experiencias de joven, además siempre acabábamos llorando de risa. Días en los que despertaba y veía tu radiante sonrisa diciéndome: “Buenos días cariño, ¿qué tal has descansado?”

Siempre has estado para todos, cuidándonos y mimándonos sin esperar nada a cambio. Darías lo que fuera por tus seres queridos y eso para mí es una clara evidencia de lo mucho que nos quieres.

Por último, quiero que sepas que gracias a ti soy lo que soy hoy en día.

Un beso enorme yaya.

¡Te quiero mucho!

Nunca lo olvides.

UN ABRIL SIN TI

Querida abuela,

Soy yo, tu nieta. Primero, decirte que te echo mucho de menos. Haría lo que fuera por estar contigo este abril. Ahora mismo, si estuviéramos juntas, querría darte un fuerte abrazo y muchos besos, querría hacer pasatiempos contigo, jugar y pasarlo bien las dos juntas, como solíamos hacer. Echo de menos esos almuerzos con los primos en tu casa. Echo de menos ir de restaurantes contigo todos los domingos. De haber sabido que íbamos a estar tanto tiempo sin vernos, te hubiera abrazado con todas mis fuerzas, te hubiera dado mil besos y aun así, seguiría con más ganas de abrazarte y besarte. Me he dado cuenta de lo mucho que te echo de menos, de lo importante que eres para mí, ya nada es lo mismo, nunca me habría imaginado esta situación, la vida no es la misma si no estoy a tu lado. Finalmente, quiero decirte que te quiero mucho y quiero verte ya.

Recuerdos.

Tu nieta

SI LO HUBIERA SABIDO

Si nos hubieran dicho lo que iba a pasar, lo habría cambiado todo: mi forma de ser, la forma de pasar el tiempo… 

En primer lugar, habría intentado pasar más tiempo con mi família en vez de enfadarme por cualquier cosa, habría ido a visitar a mis primos sin reprochar, y me lo habría pasado bien con mis primos pequeños jugando a las cosas que ellos quisieran y no siendo una jefaza y obligar a jugar a lo que yo quisiera, o ser desagradable porque estaba con el móvil y decirles que me dejaran en paz.

Habría quedado más con  mis amigos para pasear y hablar… habría sido menos tímida con personas nuevas para hacer más amigos, como siempre he querido pero no he hecho por vergüenza.

Habría salido más y habría dejado el móvil, habría hecho cosas con mi familia, por ejemplo ir a la montaña, me habría esforzado para ser más amigable.  Además, habría intentado ser más activa en vez de estar encerrada en mi habitación, habría intentado hacer las paces con la gente con la que estoy enfadada, habría sido menos quisquillosa y no me habría enfadado con nadie.

1 AÑO DE CUARENTENA

Nunca nos podíamos haber pensado que algo así pasaría. El coronavirus no nos interesaba mucho. La propagación iba muy lentamente. Seguíamos con nuestras vidas y no nos preocupaba nada. Hasta que empezó la alerta global. Pero no puedo decir que todo ha sido negativo. Al fin y al cabo, hemos aprendido muchas cosas. Hemos aprendido que tenemos que ser más preparados para los hechos que pueden suceder. No podemos averiguar lo que pasará en el futuro, pero siempre podemos tomar medidas para evitar catástrofes. Hemos aprendido que no somos los reyes, sino que la naturaleza decide cuál es el rey de la cadena alimentaria. Hemos aprendido que no somos invulnerables a todo y que nuestra tecnología y medicina está lejos de ser perfecta. Todo esto también me ha ayudado a mí a ser más precavido, y siempre escuchar lo que me dicen.

EL LADO APROVECHABLE DEL CONFINAMIENTO

Hoy hace justamente un año desde que dejamos nuestros caprichos personales para convertirnos, solamente un poquito, en héroes para los más vulnerables. Recuerdo todo ese follón del maldito virus como si fuese ayer. Levantarse por la mañana, conectarse a las clases virtuales, hacer deberes, llamar a tus amigos y poca cosa, bueno sí, una cosa más. Aunque parezca raro, tengo que agradecer al confinamiento una cosa muy importante, porque gracias a él, cada día tenía el ratito de troncharme de risa con mi hermano Teo, hacer discotecas caseras, jugar al fila filo con mi familia, cocinar unos crepes con mi padre, o ver un clásico cinematográfico en familia. En la vida diaria, quizás no agradecemos esos momentos en los que estás rodeado de quienes realmente te quieren y valoran.
Y realmente, aunque sean ratitos o momentos pequeños, son muy grandes.

PANDEMIA 2020

Estamos en Marzo del 2021. Hace un año que empezamos la cuarentena a causa del coronavirus. Durante las semanas que duró el confinamiento, había días en que estaba más animada porque intentaba entretenerme jugando con mi familia a juegos de mesa, mirando la tele o con el móvil, pero había días peores: cuando tenía deberes que no conseguía entender y tenía que “molestar“ a mi hermana para que hiciera de profesora y me los explicara. Echaba de menos salir a dar paseos o ver a mis amistades y a mis abuelos. La parte buena de todo esto es que nuestro planeta pudo respirar y recuperarse un poco durante el confinamiento de las personas. Los niveles contaminantes del aire bajaron, y los mares y los ríos estuvieron más limpios. Es una pena que haya ocurrido esta pandemia para que nos concienciemos 
que debemos cuidar más a nuestro planeta. Si él está bien nosotros estaremos mejor.

AMIGAS PARA SIEMPRE

Hola Isona,

Te quiero decir que te echo muchísimo de menos ya que el último día que nos vimos fue después de carnaval, pensando que nos volveríamos a ver y poder pasar más tiempos locos como pasábamos juntas junto a Jana. Si hubiéramos sabido que no nos volveríamos a ver dentro de 3 meses, te hubiera dado un abrazo súper grande y una despedida tal y como nos merecemos. Ahora mismo estoy esperando el día en el que te pueda volver a dar un abrazo súper fuerte. Si hoy estuviéramos juntas, lo primero que me gustaría hacer contigo sería ponernos música a tope y bailar como hacíamos en carnaval. Nunca me imaginé que te echaría tanto de menos, porque como no nos vemos diariamente pensaba que lo iba a llevar mejor, pero ahora que no te tengo cada semana me he dado cuenta de que eres una persona muy especial para mí.

Te quiero mucho.

Marta

HACE UN MES...

Antes de todo, quiero decir que si hace un mes me hubiesen dicho que ahora mismo estaríamos confinados y con tantos muertos, no me lo hubiese creído, porque antes de todo esto, yo hacía bromas sobre todo lo del COVID y porque creía que lo estaban exagerando mucho, pero tenían razón, es muy grave.

Con lo que os he dicho antes, tendría que haber aprovechado mejor el tiempo,  es decir, hubiese estado más con mis amigos y también hubiese pasado más tiempo con mi familia para abrazarlos tanto como pudiese y decirles que les quiero mucho, tanto a mis amigos como a mis familiares.

En definitiva, tendría que haber aprovechado mejor el tiempo con mis amigos y familiares a parte de no haber hecho bromas sobre el COVID porque es algo muy serio y peligroso.

UN MES ANTES DEL CONFINAMIENTO

Si yo hubiera sabido que estaríamos confinados más de un mes por un virus que se contagia tan fácilmente, la verdad ni hubiese casi pasado por casa. Pasaría más tiempo con mis amigos y familia, no me pelearía tanto con ellos por tonterías y no diría que no me gusta el instituto, porque si soy sincera ahora lo echo de menos. Me esforzaría mucho más para que se me hiciera más fácil. También daría muchos paseos, disfrutaría de la playa, las tiendas, los restaurantes... También viajaría e iría a ver a amigos o familiares que vivieran lejos de mí. 

Ojalá si me hubiesen avisado para haberlo hecho, pero cuando esto acabe intentaré disfrutar al máximo. 

He aprendido a valorar las cosas en tan solo un mes.

VIDA PASADA

Aún recuerdo todo lo que pasó el año pasado por la pandemia del coronavirus. En el tiempo confinado aprendí…

Primeramente, a hacer cosas nuevas que antes no hacía, por pereza o por falta de tiempo. Además, empecé a valorar más el tiempo con mi familia, y la necesidad que realmente tenía y no sabía, de disfrutar de mis amigos, sin peleas.

En segundo lugar, conocí otra forma de estudiar que me hizo ver algo que antes no valoraba, que es la importancia y la suerte que tenemos de poder asistir a clases. Entonces, también aprendí a valorar la labor de los servicios de sanidad, los de limpieza y los del supermercado.

Finalmente, me ayudó a tener una nueva visión de vida. Empecé a darme cuenta que esta se puede acabar antes de lo que queremos, y tenemos que valorar más todo, porque nunca sabemos cuándo acabará.

2020: El Coronavirus (COVID-19)

Aunque pasamos momentos muy duros, pude sacar cosas positivas: aprendí muchos conceptos como a saber cocinar bastantes cosas, a ser más organizado, a tener mis propias rutinas…
Aprendí a saber llevar mis sentimientos, a echar de menos a mis amigos por no poder verlos… También al fútbol y los sprints que hacía por la banda.

En esos tiempos no había muchas cosas buenas, pero otras sí, como no tener que cumplir la rutina a rajatabla. También podía hacer algo de deporte en el jardín, y lo mejor del confinamiento fue estar con la familia: mis hermanos y mis padres. Estar casi todo el tiempo juntos fue lo mejor. Además,  el 18 de abril de 2020, fue mi primer cumpleaños en cuarentena, pero no estuvo nada mal, pusieron fotos de toda la familia en las paredes y fue un cumpleaños especial.

En aquella época aprendí a valorar mucho la familia, que estuviésemos bien.

Un simple gesto como un abrazo puede ser muy grand

RECORDANDO EN CORONAVIRUS

Con el Coronavirus, aprendí a lavarme mucho más las manos y a no ir tocando todas las cosas. Vivir esa situación me aportó conocimiento, porque antes de la enfermedad, yo nunca pensé que podría pasar algo similar y, por otra parte, ahora valoro mucho más poder ir por la calle tranquila, sin miedo de contagiarme. También valoro más quedar con amigos y no tener que ir con mascarilla ni guantes. Pasar esa experiencia me hizo cambiar mi personalidad, porque ahora siempre estornudo tapándome con el codo y no con la mano. Además, me hizo cambiar mi forma de ver la vida, porque nos pueden pasar cosas que nunca imaginamos. Si nos vuelve a pasar otra vez, ya estaremos más preparados para combatirla. Por otra parte, creo que hicimos un gran esfuerzo quedándonos todos en casa, porque si no lo hubiéramos combatido, y tendríamos un problema.

ANTES DEL CONFINAMIENTO…

Si un mes antes del confinamiento hubiera sabido que pasaría todo esto, hubiese avisado a todos los que hubiese podido.

Simplemente me hubiese descargado “Twitter” y hubiese puesto que si hubiesen cerrado las fronteras antes, hubiesen evitado todos, o la gran mayoría de casos que hubo. Sin embargo, yo al ser una niña no me hubiesen hecho mucho caso, pero hubiera avisado de que si hubiesen tomado las medidas justas hubiésemos podido antes con el virus.
Otra cosa que hubiese avisado, hubiese sido que si hubiesen comprado respiradores y protección para los sanitarios: hubiésemos evitado muertes de sanitarios y muertes de seres queridos.

En definitiva, hubiese dicho bastantes cosas que se hubiesen hecho, pero me hubiesen tomado por el pito del sereno y alarmista.

LA LECCIÓN

Hace ya un año que el coronavirus nos demostró que llevábamos una vida muy poco cuidadosa. En esos días de confinamiento, mucha gente se quedó sin trabajo, temiendo no poder llegar a fin de mes.

Yo creo que el coronavirus nos dejó una segunda oportunidad. Aprendí que había que valorar más lo que tenía y a la gente que apreciaba ya que se podían marchar de un momento para otro.

Por otra parte, me enseñó cosas buenas: por ejemplo, antes no nos preocupábamos por la higiene y eso cambió para bien. También nos enseñó que a pesar de no tener dinero, podías ayudar no saliendo a la calle.

Por otra parte, yo he cambiado la forma de ver la senda, porque no desaprovecho ni un segundo de mi existencia ya que no sabes lo que podrá pasar en un futuro.

El coronavirus nos enseñó a valorar más la vida.

2021

Era día 12 de Marzo de 2.020. Nosotros estábamos en el instituto aún, y ya sabíamos que dentro de poco nos tendríamos que quedar en casa confinados. Algunos, como yo,  queríamos que empezara ya el confinamiento para no tener de ir durante una buena temporada al instituto, pero otros no querían porque no podrían salir para quedar con los amigos y no los podrían ver en un buen tiempo.
Al día siguiente, como siempre me fui a casa de mi padre pensando que el lunes me iría otra vez a casa de mi madre pero no, ya no dejaban circular a nadie sin un permiso. Mi padre y mi madre prefirieron que me quedara en casa de mi padre porque estábamos aislados y en ese momento era lo mejor. Estábamos muy bien, porque tiene mucho jardín. Además, al tener tanto jardín podíamos  hacer muchas más cosas y jugar a juegos en el jardín y también con mi perro también.

Los profes ya empezaron  a poner deberes y más y más, porque cada vez se alargaba más el confinamiento, pero luego dejaron de poner tantos deberes y ya estaba mucho mejor porque así tenía mucho más tiempo para jugar.

YA PASÓ UN AÑO

Ya ha pasado un año y aún no me he podido sacar ese virus de la cabeza que lo desmoronó todo hace ya tiempo. Fue un momento muy difícil para todos pero, en cierto modo, necesario, ya que gracias a él, nos dimos cuenta de que aunque pensamos que lo tengamos todo controlado puede que no sea realmente verdad y que todo puede pasar. También nos dimos cuenta  de que a veces dependíamos demasiado de los demás. Aunque no todo lo que pasó fue malo, ya que la gente estaba más unida, nos hacíamos reír entre todos y así pasó todo más rápido. En conclusión, todo se hace más fácil si estamos juntos y no hay que desmoronarse.

MI CONFINAMIENTO

Yo en este confinamiento estoy muy diferente, me levanto por la mañana con mucha energía pero durante el día la voy perdiendo, así com la ilusión de hacer cosas. Mi madre me obliga a hacer una rutina y eso también me ayuda. A mi familia y a mí nos gusta salir de casa y como no podemos salir nos estresamos, y esto perjudica un  poco en la convivencia. Ahora podemos a empezar a salir una hora diaria y así nos toca un poco el aire. Os doy mucha fuerza para seguir luchando porque esto pasará: ¡Juntos podemos! 

CARPE DIEM

Todavía recuerdo cómo, hace exactamente un año, estábamos todos confinados, cada uno en su casa sin poder salir. Cuesta creer cómo antes de que anunciaran que deberíamos quedarnos encerrados no valorábamos algo tan simple como tener un balcón, un jardín, o un perro.

Me gusta creer que el Coronavirus tuvo su parte buena, a pesar de todas las muertes que causó. Gracias a él hemos podido entender que somos unos seres insignificantes. Al fin y al cabo, somos los únicos a los que nos afectó este virus. Esto da mucho de qué pensar, significa que realmente somos muy vulnerables a todo lo que nos rodea, y a la mínima puede acabarse todo. Por lo tanto,  no puedes asegurar nada en tu futuro, todo puede llegar a su fin en una milésima de segundo. 

Esta situación ha demostrado que hay que vivir en el presente, porque es lo único seguro que hay.

VALORAR NUESTRO ALREDEDOR

El día que empezó el confinamiento lo único que sentía era incertidumbre: no entendí cómo pasó todo tan rápido y no supe cómo actuar ante lo que nos esperaba.
A pesar de que al inicio mi perspectiva era muy negativa, con el tiempo me fui dando cuenta de que podía convertir esta situación en algo positivo, y así fue.
Antes de que todo empezara, había cosas en nuestras vidas que eran completamente irrelevantes para nosotros, eran algo tan común que no nos dábamos cuenta de lo afortunados que éramos.
El hecho de tener un techo, tener comida y tener la oportunidad de estar con los seres queridos es una fortuna.
Valoremos, sobre todo, a la família, así que si llevas un tiempo sin hablar con algún familiar, hazlo.
Vivamos el día a día, ya que no sabemos lo que nos depara el mañana.

QUERIDO CONFINAMIENTO

Ha pasado ya un año desde la catastrófica pandemia Covid-19 que nos obligó a quedarnos en casa.  Sinceramente, me las hiciste pasar canutas. Estuve muchas semanas encerrada sin poder salir a disfrutar libremente. También me cancelaste muchas actividades, y encima estuve súper estresada por los deberes que nos pusieron los profesores como si no hubiera un mañana.  
 Pero ahora podría decirte que llego a quererte, me hiciste reflexionar sobre mi manera de ver la vida. En esos momentos echaba mucho de menos mis seres queridos, por eso, ahora empiezo a disfrutar cada pequeño instante que estoy con ellos, valoro las pequeñas cosas que al final son las más importantes. Ver que solo necesitas salud y tus familiares y darme cuenta que tengo la mejor suerte del mundo ya que ninguno de ellos falleció.
Gracias por haberme enseñado tanto.

UN REGALO BUENO PERO A LA VEZ TRISTE

Hoy estaba como cada día comiendo con mi familia, encendimos la tele y pusimos las noticias. Decían que ya llevamos un año confinados. No sabía qué decir:  ya ha pasado tanto tiempo. Ha pasado un año que no veo a mis amigos, a mi padre… 
Creo que en estos días he cambiado un poco a mejor, y he aprendido muchas cosas, unas de ellas es que hay que valorar más lo que tenemos. Un ejemplo de ello sería que  mucha gente odiaba ir a trabajar, estudiar… y ahora todos desean ir a sus trabajos, sus estudios… Otra a sería que por mucho que planeamos toda nuestra vida, puede cambiar.

Por otra parte, espero que la tierra se haya recuperado del verdadero virus que somos nosotros, los humanos, que siempre contaminamos y maltratamos a todos los seres vivos. Este nuevo virus ha sido un regalo para la madre naturaleza, para los animales y para nosotros, que nos han dado una segunda oportunidad, para esta vez hacerlo bien, tener un mundo sin guerras, sin pobreza, sin egoísmo… Aunque tuvo que morir tanta gente para que las personas nos demos cuenta de todos los males que habían. Por eso es un regalo triste, por todos los familiares y amigo que tuvieron que morir para hacer ver que el verdadero virus somos nosotros, los humanos.

SI LO HUBIERA SABIDO...

Castillo de Aro, 21 de abril de 2020
Querida abuela y abuelo,

En primer lugar, quiero deciros lo mucho que os estoy echando de menos. Si hubiera sabido que estaría tanto tiempo sin veros ni abrazaros, hubiera aprovechado más el tiempo e intentado estar hasta el último día con vosotros. Aunque ya es demasiado tarde.

Por otro lado, quiero que, cuando el confinamiento se acabe, volver a ir a vuestra casa, a hablaros y estar con vosotros. Ya hace muchísimo tiempo que no os veo porque antes de todo esto llevábamos como un mes sin vernos y no aguanto más.

Además, me estoy quedando en casa para que vosotros estéis bien y no cojáis el coronavirus. Para acabar, quiero deciros que os quiero mucho.

Muchos besos,

Laura

REINICIO

Mi mente se reinició en abril de 2020 con una mirada holística. Ahora escucho esa canción otra vez y esos acordes me sitúan de nuevo en el niño envuelto en un mundo asustado e improvisado y en esa introspección me doy cuenta de que no soy el de hace un año, he crecido. No me refiero a mi aspecto físico o intelectual. Por fuera soy casi el mismo pero por dentro, no. Interiormente soy más fuerte, más resistente. Había oído el dicho “Sólo valoramos las cosas cuando las perdemos”, pero durante 13 años de mi vida le asigné un significado vacío de contenido. Ahora ese vacío lo he llenado con palabras grandes, de agradecimiento, positivismo, superación y empatía. Yo tenía mucho y perdí poco, otros tenían poco y perdieron mucho. En este último año he crecido como el COVID-19, exponencialmente, como han crecido los besos y abrazos de mis abuelos.

AQUEL DÍA QUE ME RECORDASTE

Es el vigesimocuarto día de confinamiento. Llevo casi un mes sin verte, abuelo, y no me gusta. Tú eres esa persona con la que pasé mi infancia, y la que me llevaba consigo a todos lados. Es triste no poder ir a verte por culpa de un virus que podría resultar letal. Te echo de menos. Echo de menos tu sonrisa y tus bromas. Ojalá podamos compensar todo el tiempo que hemos pasado separados. Si hubiera sabido que estaría tanto tiempo sin verte, no me habría separado de ti ni un segundo. Este confinamiento se me está haciendo eterno, con solo pensar que puede que ya no te vuelva a ver. Aun así, intento ser positiva, porque espero que algún día nos volvamos a ver, aunque tú solo me hayas recordado una vez.

Hasta pronto,

Amanda

MESES QUE CAMBIAN

Hoy, 13 de marzo del 2021, hace un año que el Covid-19 paralizó casi todo el país para poder superar la pandemia, que tanto daño nos hizo. En las noticias solo hacen que hablar y recordar aquellos meses tan duros. Parece mentira cuando pensamos en lo que ocurrió, la verdad es que yo aprendí muchas cosas, como, por ejemplo, tener más paciencia en todo. Lo vivido, ha creado una nueva y diferente persona en mí, ya que tuve mucho tiempo para pensar hasta dónde quería llegar, y todo lo que se podría cambiar. Por otra parte, ahora veo la vida con otros ojos, ya que pude valorar todo lo que tengo y todo lo que puedo hacer en una situación normal. Llegué a ser consciente de que hay gente que lo pasa y lo pasó muy mal, y que la solidaridad es importante para superar una situación así. 

UN MES ANTES DEL CAMBIO

Si hubiera sabido que dentro de un mes estaría confinada por el coronavirus, hubiera aprovechado más los momentos y seguramente hubiera vivido más experiencias.
Primero de todo, habría pasado más tiempo con mi familia (abuelos, tíos, primos…). Tal vez hubiera organizado una gran comida con todos ellos para poder despedirme. También habría viajado con avión o con mi autocaravana para poder visitar a algún lugar y despedirme de esa sensación de explorar nuevos sitios, emociones.... Seguramente habría pasado menos horas mirando la tele y las habría pasado con mis amigas y amigos.
Pero, sobre todo, habría valorado mucho más el día a día, habría sido más feliz y seguramente lo habría hecho todo pensando que pronto se terminaría por un tiempo y tenía que aprovechadlo al máximo, como se tendría que hacer siempre.

viernes, 17 de abril de 2020

Y TAL DÍA HIZO UN AÑO

En las noticias veo los actos que recuerdan que hoy hace un año empezó el confinio, cuando el dichoso virus llegó a nuestro país dejando tras de sí tantos y tantos muertos…. Aun así, quiero pensar que aquella experiencia fue un revulsivo en mi vida y que gracias a él aprendí muchas cosas. La primera: que somos vulnerables, así que no debemos creernos los reyes del universo y que nuestro mundo es perfecto. Además, no podemos planificar nuestra vida, porque en cualquier momento algo o alguien puede llevárselo todo al garete. La segunda: lo importante que es la libertad (si siempre la has tenido es difícil apreciar qué significa no tenerla). Por último, que lo más importante es la salud y la familia, y que todo lo demás (el trabajo, el ocio, los viajes, la ropa, la playa, …) puede esperar. Así que, en definitiva, aprendí que hay que ser humilde, vivir cada día valorando de las pequeñas cosas, luchar para tener un mundo mejor por si vuelve a ocurrir, y disfrutar de las personas que quieres mientras puedas: nunca sabes cuánto tiempo van a estar ahí.

miércoles, 1 de abril de 2020

TE TENGO DE MÁS

 Girona, 1 de abril de 2020
Querido papá,

Te diría que te echo de menos, pero engañaría a mis sentidos; pues te siento cuando me despiertas de madrugada y me susurras un te quiero al oído, cuando el viento acaricia mis mejillas imitando el roce de tus manos, cuando la lluvia cala en mi cuerpo dejando en él aquel aroma de hierba mojada que tanto te agrada, cuando el sol, nublándome la vista, ilumina mi rostro tiñéndose de tu morena tez, cuando alcanzo las nubes que cubren el cielo y saboreo su dulce sabor que tanto nos gusta… No, papá, no te echo de menos, te tengo de más. 
Te fuiste en silencio, sin hacer ruido, cuando nadie te podía ver, sigilosamente escapaste...

Siempre tuya,

Raquel