miércoles, 29 de abril de 2020

Un año ya del confinamiento

Al principio todo era monótono y aburrido, y el tiempo pasaba lentamente, poco a poco esto fue cambiando, por lo menos en mi caso:  seguía unas rutinas que me hacían pasar el tiempo más rápidamente y de  forma distraída. Por las mañanas me levantaba y hacía mis tareas de la escuela, luego jugaba con mi hermano en el jardín. Por las tardes, me conectaba para hablar con mis amigos o hacíamos juegos en familia  y antes de ir a dormir leía un rato. Hoy, un año después, las cosas han mejorado y volvemos a recuperar la normalidad, aunque aún seguimos utilizando algunas medidas de seguridad. Me gusta haber recuperado la libertad de movimiento pero echo de menos los ratos con la familia.

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