Ya pasó un año desde la amenaza mundial del coronavirus. En aquellos
tiempos lo pasé muy mal, hubo muchas pérdidas; no obstante, aproveché para
hacer muchas cosas con tanto tiempo libre.
En el momento en que el coronavirus empezó y tuvimos que quedarnos
encerrados en casa, los días se me hacían eternos y me aburría mucho, por eso,
empecé a hacer animaciones fotograma a fotograma. Las animaciones eran cortas y
divertidas. Me lo pasé muy bien haciéndolas, pero al final se me acababan las
ideas.
En esos días, me di cuenta que quizás no apreciaba las cosas del día a día
lo suficiente, lo que antes era salir a la calle con mis amigos se convirtió en
no poder salir de casa, incluso tenía ganas de ir al instituto para verme con
todos los profesores y alumnos, cosa que a mí no me gustaba nada
antes.