miércoles, 29 de abril de 2020

UN AÑO DESPUÉS DE LA GRAN EPIDEMIA MUNDIAL LLAMADA COVID-19

Ha pasado un año desde que se interpuso el coronavirus en nuestras vidas.
Esta experiencia me sirvió para reflexionar.  Después de haber estado tantos días en casa, me di cuenta de que si realmente quería ayudar debía quedarme en mi hogar. He aprendido a preocuparme por lo que es importante y dejar de quejarme por cosas menores.
El coronavirus me ha aportado cosas buenas aunque no lo parezca, como por ejemplo, el respeto a la inmigración. Me he podido poner en la piel de los inmigrantes y sentir la sensación de cuando algunas personas son racistas con ellos, porque cuando alguna vez fui al supermercado y a lo mejor se me escapó un estornudo o tosí sin querer, la gente te miraba mal y se alejaba. 

He aprendido a valorar más el tiempo, a estar más con las personas que quiero. Pero por otra parte, me ha cambiado en mi personalidad. Ahora soy más generosa que antes, porque a lo mejor antes le hubiera dado un abrazo a alguien conocido en el estado de alarma y lo podría haber contagiado en caso de tenerlo.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho esta reflexión: nos demuestra que este virus afecta a TODAS las personas, sin importar la raza, etnia, situación económica, etc. Es en estos momentos donde nos tenemos que unir como humanidad.

    ResponderEliminar