martes, 19 de mayo de 2020

PINCELADAS DE UN CONFINADO


Hace un año del confinamiento que ralentizó nuestras hábitos sociales, deportivos, escolares y familiares.  Tras dos meses de confinamiento y siguiendo relativamente el curso en condiciones virtuales, en junio realizamos los exámenes presencialmente en el Instituto con las medidas sanitarias aconsejadas. No obstante, estábamos contentos porque nos reencontramos con los compañeros. 

El verano fue más tranquilo, al estar en la costa tuvimos menos afluencia de turistas, sobre todo extranjeros ya que España había conseguido el renombre mundial del país más contagioso; aunque, con los años, todo se ha olvidará y volveremos a tener la afluencia del turismo anterior.

Este invierno ya estamos todos vacunados y, si no nos lanzan otro virus de laboratorio, la vida transcurrirá normalmente. Después de un año, estamos en un punto en que la economía se está estabilizando.

Esta experiencia ha revalorizado el trabajo de los facultativos que, valientemente, pusieron en riesgo su vida para salvar muchas más y tenemos que añadir el personal de supermercados, gestores de incidencias, servicios de desinfección y muchos otros trabajos invisibles a la opinión pública.

Gracias al buen confinamiento los territorios más afectados, principalmente grandes ciudades, se superaron y se pudieron comprobar que, en estas condiciones de reducción de emisiones de gases, ha mejorado el bienestar medioambiental.

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