Hoy mismo hace un año de que todo el país
se confinara en casa por causa de la COVID-19 que hizo muchísimo daño y quitó
muchas vidas. En aquellos días aprendí que en la vida hay buenas y malas rachas
y se tiene que seguir adelante hasta lograrlo.
Hay cosas bonitas como los momentos en
familia ideales para estar más unidos que nunca ya que no siempre puedes pasar
todo el tiempo del mundo con la gente de casa. Debido a todo lo que ocurrió llegué
a pensar: “¿Qué sería el mundo sin nosotros?” No había visto nunca
las calles tan vacías y sin humanidad, nunca, y espero no volver a verlas.
A pesar de lo mal que lo llegamos a pasar,
sin poder ver a nuestros familiares y amigos, ahora valoro mucho más las cosas.
Mucha gente se quedó sin ver a sus abuelos o padres por el riesgo de contagio
mutuo o, sencillamente, por la muerte de muchos de ellos.
Marina Brunet
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